lunes, 18 de agosto de 2025

MOTIVACIÓN

Esta entrada que os traigo hoy era mucho más extensa, muy personal, decidí sintetizarla para hacerla menos tediosa, muchas cosas se han quedado en el tintero pero lo esencial lo tenéis en estas líneas.

La motivación: mi motor en la vida y en las artes marciales

En esta ocasión no vengo a hablarte de artes marciales concretamente, hoy quiero hablarte de algo que sin saberlo ha sido el hilo conductor de mi vida: la motivación.

Un estudiante “del montón” que decidió cambiar

Nunca fui especialmente bueno ni en el deporte ni en los estudios.
Lo poco que he conseguido ha sido fruto de la constancia… y, tal vez, de un poco de suerte.

En la EGB apenas pasaba con un “suficiente”. No era cuestión de capacidad, sino de un cóctel de factores: entorno, clases poco inspiradoras y, sobre todo, una gran desmotivación.
Comencé BUP por accidente (yo quería hacer FP) y terminé el primer curso con cuatro suspensos. A falta de motivación, me convertí en lo que podría describirse como un “gilí... integral”.

Pero todo empezó a cambiar cuando, al pasar a FP Administrativo, descubrí que podía sacar buenas notas. Mi forma de ser evolucionó, y aunque seguía siendo un cabezón, empecé a caminar por otro sendero. Luego probé con la rama de informática… pero decidí dedicarme a dar clases de Kung Fu (tenía muchos pájaros en la cabeza).

A los 25 años, ya con otra mentalidad y gracias al apoyo de mi pareja, volví a estudiar: acceso a la universidad y después Trabajo Social, carrera que saqué con una media de notable. Nadie hubiera apostado por aquel chaval de 14 años que apenas aprobaba.

Aprender, aunque cueste

Con el inglés, la historia fue parecida. Siempre lo aprobé “por los pelos”, pero un día decidí que eso debía cambiar. Pasé siete años en la Escuela de Idiomas, hasta alcanzar el C1-1.
No seguí más, pero hoy puedo mantener conversaciones, y lo más importante: he perdido el miedo a equivocarme. Prefiero hablar mal pero comunicarme, que callarme por miedo.

En paralelo, he hecho cursos de todo tipo y he obtenido títulos federativos en Wushu, lo que me permitió ser Maestro y árbitro nacional. Aquí, la motivación no era solo aprender, sino no depender de nadie para validar mis grados.

El gran salto

En 2023 decidí dar un giro a mi vida. Después de 27 años como vigilante de seguridad, un trabajo que nunca me gustó y que minaba mi salud mental, (gracias a unos jefes déspotas), me lancé a preparar oposiciones. Aquí fue determinante el apoyo de varias personas, entre ellas familia, compañeros y amigos, no quiero dejar pasar estas líneas para dar gracias infinitas a Ángel Hernández, compañero de Ving Tsun de Lanzarote.
Aprobé, entré en bolsa y ahora trabajo como Gestor de Servicios en la universidad.
Mi amigo Armando me ayudó cuando me dijo: “Aprovecha esta situación para salir de ahí”. Tenía razón.
¿Qué mejor motivación que dar un giro a tu vida?

Del fútbol al Wushu

En lo deportivo he probado de todo: fútbol sala (como portero), atletismo, baloncesto… pero nada me marcó tanto como las artes marciales. 

Con 10 años empecé Kung Fu y estuve 15 años practicando lo que hoy llamo un “pseudo kung fu”. Hubo buenos momentos y grandes compañeros, pero finalmente me "invitaron a dejar el gimnasio, pero esa es otra historia que ya contaré. A partir de ese momento junto con mi compañero René, empecé a entrenar auténtico Taiji y Wushu con constantes viajes a Madrid, aprender el Wushu que venía de China era nuestra motivación, nunca pesaron los viajes a pesar de trabajar los fines de semana de noches para poder asistir a los entrenamientos los sábados por la mañana.

El camino me llevó hasta Pablo Ortega, mi maestro de Sanda, con quien sigo aprendiendo y que ha sabido trasmitirme toda su pasión por este bello deporte de contacto  Hoy, mi motivación como entrenador es ver a mis alumnos superarse. Hemos logrado campeonatos de España, participaciones en Europeos y un próximo Mundial. Para un club modesto como el nuestro, es un sueño hecho realidad.

También llevo 15 años practicando Ving Tsun con Jesús Carballo, otro ejemplo de pasión y búsqueda constante de eficacia que ha sabido transmitirme su pasión y su búsqueda constante de un Ving Tsun efectivo.

Competir… por mis alumnos

Mi motivación en la competición nunca ha sido la gloria personal, sino servir de ejemplo. Es más fácil darlo todo cuando tienes un maestro guiándote que cuando eres tú el que guía, el camino no ha sido fácil pero ha merecido la pena.

Y entonces… a correr

Hace dos meses me dio por salir a correr. Ritmo lento, 6 o 7´el km, música de Rock FM y mucha pereza. Hasta que en Cádiz, dos chavales me adelantaron. Decidí seguirles. Terminaron desviándose, pero yo continué con un ritmo que no creía posible: 4:13/km durante más de 6 km.
Para un corredor habitual es poca cosa, pero para mí fue una victoria.

¿De dónde viene mi motivación?

A veces solo necesito una chispa: alguien que me rete, una canción que me inspire, un objetivo que parezca fuera de mi alcance.
No siempre tengo ganas, pero cumplo con lo que me propongo, aunque a veces me cueste un mundo. Creo que el éxito llega cuando pones tu vida en lo que te motiva, eres constante, te rodeas de gente positiva y aceptas que el camino es tan valioso como la meta.

“No hay progreso sin constancia, ni victoria sin paciencia. La motivación es la primera chispa; la disciplina es el fuego que mantiene viva la llama”

Cada persona debe plantearse unos objetivos y encontrar la motivación que le lleve a alcanzarlos, sabiendo que puede que no llegue a la meta… pero que el aprendizaje del camino ya es un triunfo.
En las artes marciales, como en la vida, no se trata solo de ganar, sino de seguir caminando, un paso más allá cada día.




No hay comentarios: